viernes, 5 de agosto de 2016

DROGA Y VIOLENCIA O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD

DROGA Y VIOLENCIA O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD
(todos debemos decidir)



Frente a los irracionales pedidos de “mano dura” que en forma reiterada se escuchan por los medios de comunicación, resultan significativas las tareas de inclusión que  -atendiendo a razones de estricta justicia– muchos argentinos realizan en las zonas más humildes de nuestro país.
En una nota anterior publicada en esta columna, recordábamos una frase del padre Pepe Di Paola, quién expresaba en la presentación de un libro del periodista, escritor y dirigente deportivo Víctor Lupo, que “donde entra una pelota no entra el paco”.
Semanalmente desde esta columna y en este periódico, mostramos que la realidad es muy distinta de cómo la pintan los medios de comunicación masivos y que hay muchos argentinos, dentro y fuera de los barrios humildes (pero dignos), que luchan a diario por construir una comunidad mejor.
Nos referiremos brevemente a dos casos que hoy se pueden comprobar en el barrio de La Carcova y otros barrios vecinos en “la franja”.
Daniel Juárez es entrenador y manager de la Selección Argentina Juvenil de Cricket (deporte “paquete” si los hay), pero un día decidió acercarse a la Villa 21 de la Capital y proponerle al cura Pepe encarar la difusión de ese deporte como mecanismo de inclusión social. Muchos dijeron ¿qué tiene que ver una Villa de nuestro país con ese deporte “gringo” y no muy popular? pero Juárez y Pepe no se amilanaron.
El proyecto avanzó pero no se quedó en la Villa 21, sino que el año pasado decidieron comenzar a desarrollarlo, desde la parroquia San Juan Bosco, en La Carcova. A 10 meses de estos inicios, hoy algunos pibes de la zona han sido convocados al seleccionado nacional.
Las prácticas comenzaron en la precaria, pero muy útil cancha ubicada frente a una fábrica  de cables de la zona, pero ahora se trasladarán a las instalaciones del CEAMSE.
Daniel Juárez, con la colaboración en La Carcova de Franco Civila, junto a algunos integrantes del seleccionado nacional, se proponen avanzar dado que “es una herramienta de prevención, usada para inculcar la cultura del trabajo y el esfuerzo”. El proyecto ganó el Premio Mundial al Desarrollo Vinculante, otorgado por la International Cricket Council  (organismo mundial rector de ese deporte).
La tarea deportiva, que incluye el conocido “tercer tiempo”, constituye una expresión que permite resaltar los valores de cohesión, fraternidad y esfuerzo colectivo. Sin dudas nuestros lectores y muchos millones de argentinos desconocen una realidad como esta.
Vayamos a otro ejemplo que hemos mencionado brevemente en esta columna y que nos remite a Daniel Carrizo, o simplemente “Dracu” como lo llaman sus amigos, su historia y su esfuerzo para organizar comunidad por medio del deporte para los pibes  de nuestros barrios.
Dracu tuvo una juventud compleja, que transcurrió por caminos que no fueron los mejores, hasta que en un enfrentamiento con la policía, recibió 9 balazos a consecuencia de los cuales quedó en silla de ruedas. Esta difícil circunstancia lo llevó a poner su vida al servicio de los pibes del barrio para evitar que tuvieran los sufrimientos que él debió padecer.
De esta manera se propuso utilizar al deporte más popular de los argentinos como un mecanismo de transmitir afecto, solidaridad, compañerismo y disciplina. Como en el caso del cricket, el entrenamiento se desarrolla en la cancha antes mencionada, con la dificultad de que cuando llueve la misma no pude ser utilizada. Los amigos de Generación Francisco le donaron las camisetas para los pibes, pero necesita más botines y una ayuda para construir una plataforma de cemento alrededor de la cancha para poder practicar cuando hay barro (el patio de la escuela de oficios San Romero de América, ubicado detrás de la Capilla del Milagro no es lo suficientemente amplio para la actividad y tampoco permitiría desarrollar las tareas escolares de dicho Instituto). Nos preguntamos ¿no habrá alguna empresa, cámara o institución que pueda ayudarlo para solucionar estas necesidades, en lugar de aumentar sus gastos en medidas de seguridad con pésimo resultado social?
De la misma manera que las naciones cuyos dirigentes provocaron las guerras que se desarrollan en Siria, Libia u otros países de Medio Oriente y así mismo las situaciones de injusticia y hambre que la explotación de las riquezas ha generado en muchos países de África, hoy deben reflexionar sobre los flujos de refugiados que la conciencia de la humanidad les reclama asistir. Los que han dado la espalda a muchos argentinos marginados y excluidos por un sistema injusto, deben reflexionar sobre la manera de distribuir las riquezas  de una forma más equitativa.
En un mundo y en una Argentina con una grave crisis de dirigencia, les corresponde a las comunidades hacerse cargo de resolver  los problemas de nuestro pueblo y obligar a quienes tienen responsabilidades dirigenciales a colaborar es esta acción.  De todos nosotros depende.

Leopoldo Hernández y equipo

Nota: Agradecemos a la revista Villas por el aporte de material gráfico y periodístico para la confección de este artículo.


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