La
VII Cumbre de Presidentes de las Américas presentó hechos  muy relevantes para el  inicio de un proceso de  transformación del poder en las relaciones
hemisféricas.
                   Uno de ellos fue la presencia
-después de muchas décadas- de la totalidad de los Presidentes del Continente. 
                   La Cuba de los Castro fue
finalmente incorporada al juego hemisférico, después de la expulsión del
sistema americano,  que ordenara Estados
Unidos a sus gobiernos adeptos, allá por los inicios de la década de los
sesenta.
                   En todo este trayecto de más
de cincuenta años, esa sanción no hizo otra cosa que lograr expandir la
influencia del sistema de poder cubano por gran parte de la región
latinoamericana y no sólo desde “la boca del fusil”           –como soñaran los guerrilleros guevaristas-
sino a través de un largo proceso, desarrollado mediante una fuerte acción en
los más diversos planos: político, diplomático, ideológico, económico,
cultural, educativo, social o sanitario.
                   Este hecho queda claramente
demostrado, no sólo por los países integrantes del ALBA, que  se reconocen con la tradición de la
Revolución Cubana, sino también   por el reconocimiento  de Cristina Fernández de Kirchner, Lula da
Silva, Dilma Rousseff y Pepe Múgica –entre otros – a la figura del Fidel Castro.
                   Asimismo,  los destinos de paz  de Colombia,  se están jugando en este momento en La Habana,
donde los “dinosaurios” guerrilleriles  de
las FARC se mueven “como pez en el agua”
                   En este sentido, pareciera
ser absoluta y objetivamente cierto, lo que afirmara en su discurso ante la
Cumbre la Presidente Cristina Fernández, en el sentido que la reanudación de
las relaciones de USA/Cuba no es una “concesión graciosa” de Obama sino una
realidad política continental incontrastable, que los cubanos fueron forjando
sistemáticamente en más de cincuenta años.
                   Las fuerza de transformación
del poder hemisférico que no sólo  la
pequeña isla fue capaz de construir en el espacio regional sino, y sobre
todo,  la instalación  de nuevas fuerzas políticas, culturales y
sociales, con claras estrategias de estado de integración latinoamericana y de
apertura a los grandes actores del cambio de poder mundial  - como China y Rusia -   parecen estar tomando fuerte visibilidad en
estos últimos tiempos. 
                   De no haber decidido Barack
Obama está profunda transformación estratégica en el escenario hemisférico se  hubieran complicado aún más los   planes  e intereses de USA  en la Región, con clara incidencia en el
ámbito internacional global. 
                   Seguir
pensándose como Imperio es, sin duda, un problema grave en el desarrollo de la
política internacional de Estados Unidos y continuar sosteniendo que América
Latina fuera su “patio trasero” era ya 
un verdadero dislate político. 
       George Frost Kennan  autor de la Doctrina de la Contención y
figura clave de la Guerra Fría, para referirse a los pueblos latinoamericanos
en sus análisis estratégicos,  la
denominaba como “esa región de por acá”. Toda una definición.
                   Otro de los hechos altamente
significativo para el desarrollo estratégico continental fue la presencia en
dicha Cumbre del Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin.
                   No sólo estuvo presente sino
que fue el primero en tomar la palabra, luego de los discursos inaugurales,
para leer el mensaje del Papa Francisco a los presidentes del Continente.
                   Francisco en su mensaje fue
de lleno contra el modelo neoliberal sostenido aún por las fuerzas del Nuevo
Orden Mundial, que pretenden retomar el poder tanto en USA como en varios
países de la América Latina: 
                   “Estoy convencido de que la
inequidad, la injusta distribución de las riquezas y de los recursos, es fuente
de conflictos y de violencia entre los pueblos, porque supone que el progreso
de unos se construye sobre el necesario sacrificio de otros y que, para poder
vivir dignamente, hay que luchar contra los demás…...la teoría del “goteo” o
“derrame” se ha revelado falaz: no es suficiente esperar que los pobres recojan
las migajas que caen de la mesa de los ricos”.
                   Sin duda,  un elemento altamente significativo de la
Cumbre fue que el representante de la Santa Sede se sentó allí,  objetivamente,  casi como con “derecho propio”.
                   Es
claro que la Iglesia Católica  pretende
formar parte activa del futuro de la realidad hemisférica.
                   Esto
no sucedía desde hace muchos siglos, quizás desde la época  de la aparición de las potencias europeas en el Continente...
                   Si bien Castro y Obama
agradecieron en su momento al Papa Francisco su intervención personal  en  el
inicio de un nuevo tiempo entre USA y Cuba, el trayecto de la Iglesia en
reconstruir su presencia en el continente tiene un largo camino que se inicia
en tiempos del Concilio y encuentra en la Exhortación Apostólica “La Iglesia en
América”, de San Juan Pablo II, un fuerte documento  de lo que en su momento se designaba como la
“geopolítica de la fe”.
                   La designación de un
Pontífice americano  no hizo otra cosa
que acelerar los tiempos de esta presencia.
                   La Iglesia Católica está
emergiendo aceleradamente como una importante fuerza de transformación de las
relaciones entre los pueblos en todo el escenario mundial y de forma especial,
en América.
                   Desde esta centralidad americana
también hay que entender algunos hechos destacados como la  afirmación de Francisco al iniciar el Pontificado
sobre su pleno convencimiento que las “Malvinas son argentinas”. En el mismo
sentido debe observarse el llamado telefónico, realizado por el Papa, el pasado
domingo de Pascua, a los integrantes del Destacamento de la Base Marambio en la
Antártida,.
                   El Atlántico Sur está
enmarcado por la presencia de dos  grandes  espacios continentales  habitados por pueblos cristianos que se
presentan tanto en la América del Sur como en el litoral del África atlántica
subsahariana.
                   La Antártida  es, desde ya, un espacio de vital importancia
para la vida planetaria y el equilibrio ecológico,  tema que  quizás sea abordado en la futura Encíclica en
la cual se encuentran trabajando hace tiempo una amplia gama de científicos de
todos los colores y doctrineros encabezados por miembros de la Orden
Franciscana;  responsables del tema en la
Santa Sede desde hace tiempo,  quienes  arraigan este fuerte interés  desde el mismo “Canto a las criaturas” de San
Francisco de Asís.
                   La visita de Francisco a
EEUU, en el próximo mes de septiembre, será seguramente  una buena oportunidad  en la que continuará predicando la que se ha
dado en llamar “geopolítica de la misericordia”.
                   El Capitolio, la Naciones
Unidas  y la Casa Blanca  son 
ámbitos ponderados donde presentar 
 a plena preocupación de la
iglesia Católica por la inmensa cantidad de pobres  que 
sembró, al decir de Francisco  “esta civilización que se pasó de rosca”.  Sus estragos entre la niñez del planeta,  la falta de proyectos posibles para los
jóvenes, el incremento del  flagelo de la
droga y la corrupción, la producción de enorme cantidad de “desechos sociales”,
el combate contra las particularidades culturales de los pueblos y el
incremento de las más diversas periferias existenciales productos todos de un
pretendido  mercado globalizado  que auguraba crear  un Nuevo Orden Mundial  han de ser cuestiones que planteará en esa
oportunidad.
Jorge Armas
Generación Francisco

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